Opinión Juana Caro: «Yo paro el 8M»
Los escaños de los Ministros vacíos mientras los demás discuten en el Parlamento sobre la brecha salarial. El presidente del gobierno diciendo en los medios de comunicación que la brecha salarial no es algo importante. La ministra de defensa, en el mismo medio de comunicación, dice que no es un problema de brecha salarial sino de categorías laborales.
Pues no, no estoy de acuerdo. En el Parlamento se discute, o debería, sobre cosas que afectan a la ciudadanía y ésta, sin duda, afecta -y es importante.- Y no, esto no es un problema de categoría laboral, es un problema de categoría moral. Categoría moral que no existe y que permite que exista desigualdad real en todos los ámbitos entre los hombres y las mujeres en el año 2018.
Las mujeres sufren más la precariedad en el trabajo y que las reformas laborales y los recortes que se acometieron en los años de la crisis, junto con la decisión de este Gobierno de no tomar medidas para avanzar en materia de igualdad, están provocando retrocesos en muchos aspectos. Pero esto, según parece, no es importante.
Y los datos de la EPA son datos oficiales y según estos hay más de un millón y medio de mujeres activas; cerca de 2 millones de desempleadas; 1,6 millones menos de mujeres ocupadas que hombres, y de ellas el 73,86% lo son a tiempo parcial (3 de cada 4 empleos a tiempo parcial están desempeñados por mujeres). Además, las mujeres son las que asumen mayoritariamente el cuidado de hijos o familiares acogiéndose a permisos, reducciones de jornada y excedencias que tienen consecuencias muy negativas en sus carreras profesionales y en sus cotizaciones de cara a la jubilación.
Por ello, es necesario desarrollar iniciativas como una Ley de Igualdad salarial que termine con la diferencia entre los salarios de hombres y mujeres por el mismo trabajo, desarrollar planes de igualdad o los protocolos contra el acoso o políticas activas de empleo destinadas a las víctimas de violencia de género. Esta ley con la cual nuestros ministros no se sientan en el Parlamento porque no es importante.
No se debe olvidar tampoco la insoportable realidad de la violencia de género y la prácticamente invisible y silenciada situación del acoso sexual en el ámbito del trabajo. Por lo que es necesario, como demandan tanto CCOO como UGT, mecanismos para corregir las desigualdades y exigen responsabilidades, por un lado al Gobierno (para que tome medidas y dote de recursos económicos y humanos suficientes los presupuestos destinados a luchar contra estas discriminaciones) y, por otro, a los empresarios para que dejen de mirar hacia otro lado. Pero esto no es importante
Porque es importante y necesario. Porque somos iguales le pese a quien le pese. Porque las mujeres políticas de derechas de este país que miran para otro lado, tienen los derechos que tienen porque hombres y mujeres de izquierdas salieron a la calle y se pelearon por ellos, y no estamos dispuestas a seguir perdiéndolos. Por eso apoyamos la huelga del 8 de Marzo hoy más que nunca.
Desde Izquierda Unida apoyamos al 100% la Huelga convocada por el movimiento feminista, que pretende desbordar el concepto clásico de huelga general: porque se llama a todas las mujeres a parar en sus empleos, pero también a parar en los cuidados, en las aulas y en el consumo.
El trabajo de las mujeres, tanto en lo laboral como en lo reproductivo, es constantemente invisibilizado y minusvalorado, pero al mismo tiempo es esencial para que todo funcione. Por ello, bajo el lema SI NOSOTRAS PARAMOS SE PARA EL MUNDO, las feministas proponen esta jornada de lucha que es histórica en nuestro país.
En todo el mundo, las mujeres ganamos sólo entre el 60 y el 75 por ciento del salario de los hombres en trabajos de igual valor.
En el Estado español, el trabajo dedicado por las mujeres a los hogares, al cuidado y a la reproducción alcanza el 53 % del PIB, lo que significa que el Estado hace recaer en las mujeres gran parte de lo que debería estar atendido a través de los servicios públicos.
Por eso paramos. Por eso apoyamos esta huelga, una huelga que irá enmarcada con grandes manifestaciones a lo largo de todo el territorio español donde las mujeres tomarán las calles para demostrar que no sólo hay que parar el mundo sino también que también hay que transformarlo cambiando sus modelos patriarcales por modelos de igualdad, justicia, paridad, libertad, diversidad y democracia.